sábado, 28 de septiembre de 2013

Comentario de la obra "El escriba del Louvre"

La Obra propuesta se trata de la escultura que representa a un escriba sentado.


[Tipología y tratamiento de la materia] la escultura, una obra exenta tallada en piedra caliza policromada, representa a un hombre semidesnudo tan sólo vestido con un faldellín cuyo color blanco destaca del color terroso del cuerpo, sentado con las piernas dobladas sobre las que coloca un rollo de papiro que sujeta con la mano izquierda mientras con la mano derecha debió sujetar un cálamo para escribir que hoy en día ha desaparecido. Estos elementos nos delatan el oficio de escriba del personaje representado.
[Emplazamiento original y puntos de vista] Encontrada en el siglo XIX en la necrópolis de Saqqara (datada en 2 500 a.C. Imperio Antiguo) actualmente se puede contemplar en el museo del Louvre (París). Con una marcada frontalidad, la escultura está hecha para ser vista de frente desde una posición más elevada que su emplazamiento.
[Efectos de luz] No se aprecia intencionalidad en el artista de crear ningún efecto concreto con la iluminación.
[Composición] [Representación del movimiento o el reposo] El esquema compositivo está basado en el triángulo, lo que contribuye a dar a la obra sensación de estabilidad, firmeza y serenidad. El resultado es el consabido hieratismo típico de la escultura egipcia, así como la simetría. La composición es abierta interpelando a aquel que la contemple.
[Tratamiento de la figura humana] El personaje levanta ligeramente un rostro con labios finos y apretados y unos ojos realizados con cristal de roca perfilado con cobre que le otorgan gran fuerza y vivacidad a la mirada . El cuerpo semidesnudo es representado con gran realismo, con un pecho caído y una barriga prominente mientras los brazos se separan del cuerpo, algo infrecuente en la estatuaria egipcia donde todo el cuerpo se representaba en un único bloque, que contribuye a darle a la escultura una postura más natural y relajada.
[Tema y significado]: Esta escultura, cuya finalidad probablemente fuera funeraria, pues posiblemente se esculpiera para servir de soporte al Ka en la otra vida, muestra la importancia de la figura de los escribas en la civilización egipcia que llevó al personaje protagonista de esta obra a querer perpetuar su imagen para la eternidad realizando su oficio de escribano. Dicha obra muestra la dignidad del personaje en el desempeño de sus funciones visible no sólo en la representación de sus instrumentos de escriba, cálamo y papiro, sino en la mirada atenta y concentrada hacia un invisible personaje que dicta las instrucciones y ocuparía el lugar del espectador. Toda la atención se centra por un lado en la mirada del personaje, intensificada por el recurso del uso de cristal para los ojos, y por otro en la acción de escribir propia del oficio del personaje representado. Más que el acto de escribir en sí mismo, el escriba es representado en el instante previo al momento en el que, con la espalda recta, la mirada algo elevada y los labios apretados, escucha con atención las instrucciones que tendrá que dejar por escrito.
La obra destaca a su vez por su sencillez al mostrar al personaje sin ningún elemento superfluo o de adorno (joyas, peluca…) que puedan desviar la atención de lo que verdaderamente se pretende representar: el oficio de escriba.
Como hemos comentado anteriormente cabe mencionar el realismo con el que es representada la anatomía del personaje. Las formas que marcan el sobrepeso del personajes, alejado del lenguaje idealizado utilizado para la representación de los dioses o del faraón, considerado igualmente un dios, dan a entender la buena posición social de la que gozaba en vida.
[Contexto histórico cultural] La Obra que hemos comentado, una de las más famosas de la colección de arte egipcio del museo del Louvre, destaca por su belleza basada en la sencillez de la obra que ha sabido representar con extrema veracidad el oficio de escriba y nos muestra la calidad y perfección que alcanzó la escultura egipcia ya durante el Imperio Antiguo. Asimismo, el realismo con la que es representada la Obra, muestra la existencia de dos lenguajes estéticos en la escultura egipcia, uno más idealizado para representar dioses y faraones y otro más realista para representar al resto de la población o incluso los animales.

La geografía del Antiguo Egipto es muy significativa y va a influir muchísimo en su arte. Egipto está situado en el nordeste de África y está muy aislado de otros países por su situación geográfica. Sus límites son: por el oeste, el desierto de Libia; por el este, el desierto de Arabia; por el norte el mar Mediterráneo y por el sur el macizo de Etiopía y el desierto de Nubia. Está recorrido de sur a norte por el río Nilo, que va a tener muchísima importancia en el desarrollo de esta civilización. Por tanto, la de Egipto es una sociedad fluvial, y ello repercute en el arte: las pinturas y esculturas encontrados principalmente en las tumbas reflejan la importancia del río en la vida: transporte, pesca, etc.

La organización política y social de Egipto se ve reflejada tanto en su religión como en su arte. Es una monarquía absoluta dirigida por el faraón, que es considerado como un dios y al que se le representa con una serie de símbolos característicos: El faraón se rodea de una serie de personajes que le ayudan a gobernar. Están relacionados con la nobleza y son los que realizan las tareas administrativas y políticas.
Una escala social por debajo de estos nobles estaría el pueblo, formado por agricultores, comerciantes y artesanos, entre los que hay distintas categorías y distintos niveles económicos. También existían los esclavos.
Por último hay una clase social que tiene un poder extraordinario que es el clero o cuerpo sacerdotal. Tiene una gran simbiosis con el faraón, que les proporciona tierras y riquezas a cambio de mantener el carácter divino del faraón. Viven en torno a los templos, pero también tienen una gran importancia en la corte.

De entre el grupo de funcionarios relacionados con la nobleza hay que destacar a los escribas. Se trata de los personajes más cultos de la sociedad. En un principio pertenecían a la familia real, pero más tarde podían provenir de cualquier clase social. Están muy cercanos al faraón y tienen también la función de visir. Algunos de ellos eran escribas-sacerdotes.
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